Millares, Manolo
(1926 - 1972)

Manuel Millares (Las Palmas de Gran Canaria, 1926-Madrid, 1972) vivió su infancia en el seno de una familia de intelectuales que fomentó la participación de este futuro artista autodidacta en numerosas iniciativas culturales de su entorno. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil obligó a la familia de Millares a trasladarse a Lanzarote, donde comienza a crear sus primeras obras, que consistieron en acuarelas de paisajes de la zona, más tarde exhibidas en su primera exposición cuando regresa a Las Palmas. Será el pintor Felo Monzón quien introduce al joven Manuel en el arte contemporáneo, que a su vez también estaba interesado en estudiar la arqueología canaria para lo que frecuentaba asiduamente el Museo Canario. Así, a finales de los años 40 conjuga ambos campos y tras leer el manifiesto surrealista de Breton y estudiar las creaciones de Klee y Miró, realizará sus primeras Pictografías, que conjugaban la tradición guanche de las inscripciones rupestres con la pintura surrealista. Tras una actividad incesante en su tierra, en la que tomó parte en iniciativas canarias como la revista Planes de Poesía, el grupo Los Arqueros del Arte Contemporáneo o en los cuadernos de arte Arqueros, este creador decide establecerse en Madrid en 1955, donde su interés por la materia, la variedad del soporte y la técnica del collage se convertirán en los protagonistas de sus obras abstractas. Tan sólo dos años después, será cofundador del grupo El Paso junto a Antonio Saura, Luis Feito y Rafael Canogar, entre otros, en el que tuvieron cabida diversas manifestaciones artísticas del arte de vanguardia, predominando el informalismo. Estos autores pretendían la expansión del arte abstracto por España para lo cual elaboran un manifiesto fundacional y rompen con el silencio creativo imperante desde hacía 20 años. Influenciados por autores como Dubuffet, Mathieu, Stael, Pollock, Rothko o De Kooning, estos creadores se expresarán mediante la pincelada violenta y empastada, la gresión al soporte, el dripping, el uso de arpilleras o telas metálicas como soporte y la introducción de objetos en las obras. El reconocimiento internacional le llega a Millares en 1958 después de participar en la Bienal de Venecia, que le abre las puertas para celebrar importantes muestras individuales por numerosas ciudades de todo el mundo. Frecuentemente agrupó su producción en series hasta convertir su universo plástico en uno de los más singulares de las segunda mitad del siglo XX tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, un tumor cerebral truncaría su carrera y acabaría con su vida cuando tenía 46 años. Su trayectoria fue reconocida con galardones como el Premio de la Crítica de Tokio y su obra se puede admirar en colecciones como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), la del Museo de Arte Moderno (Nueva York), la de la Tate Gallery (Londres) o la de la Fundación Telefónica (Madrid).